Contextos global, regional y nacional
Contexto global
En el año 2011, Ban Ki-moon, el entonces Secretario General de la ONU, señalaba en el marco del Consejo Económico y Social de las Naciones Unidas (Ki-moon, 2011) que, si bien se avanzó en algunos de los Objetivos del Milenio, “la brecha de la riqueza se está ampliando entre los ricos y los marginados”. Los Objetivos del Desarrollo Sostenible (ODS) refieren principalmente a una serie de temáticas en torno a la pobreza, alimentación, salud y educación integral con un enfoque a la igualdad y la sostenibilidad, por lo que resulta relevante y necesario para las instituciones de educación superior reconocer el compromiso de adecuar sus modelos educativos para que los ODS trasciendan los ámbitos escolares y de profesionalización, y se orienten a la formación permanente de ciudadanos que participen activamente en la transformación de la sociedad. Entre las metas al 2030 consideradas en el marco de estos objetivos, resultan de especial interés para la planeación universitaria las siguientes:
- Asegurar el acceso igualitario de todos los hombres y las mujeres a una formación técnica, profesional y superior de calidad, incluida la enseñanza universitaria.
- Aumentar considerablemente el número de jóvenes y adultos que tienen las competencias necesarias, en particular técnicas y profesionales, para acceder al empleo, el trabajo decente y el emprendimiento.
- Eliminar las disparidades de género en la educación y asegurar el acceso igualitario en todos los niveles de la enseñanza y la formación profesional para las personas vulnerables, incluidas aquellas con discapacidad, los pueblos indígenas y los niños en situaciones de vulnerabilidad.
- Garantizar que todos los alumnos adquieran los conocimientos teóricos y prácticos necesarios para promover el desarrollo sostenible, entre otras cosas, mediante la educación para el desarrollo sostenible y la adopción de estilos de vida sostenibles, los derechos humanos, la igualdad entre los géneros, la promoción de una cultura de paz y no violencia, la ciudadanía mundial y la valoración de la diversidad cultural y de la contribución de la cultura al desarrollo sostenible, entre otros medios.
En otras palabras, no es posible concebir la formación de los científicos, expertos y líderes del futuro si no es a partir de una educación terciaria que contemple una visión humanística integral y global. También resultan de suma importancia para las instituciones educativas los Objetivos 7 (Energía asequible y no contaminante), 13 (Acción por el clima) y 15 (Vida de ecosistemas terrestres), ya que se relacionan con un paradigma que se ha insertado de manera nodal en la vida universitaria: el de la sostenibilidad. El currículum, en todos los niveles, debe recuperar la gestión ambiental de la mano de la responsabilidad social. Se reconoce que las crisis ecológicas son al mismo tiempo crisis de valores, ideas, perspectivas, conocimiento y, de manera fundamental, de educación.
En dicho contexto, la Universidad de Guadalajara reconoce la importancia de los ODS y asume el compromiso de contribuir de forma continua y responsable con el logro de la agenda global, trabajando en el desarrollo de una oferta educativa de calidad e innovación, que trascienda el ámbito escolar, eliminando la disparidad de género y fomentando la inclusión y la equidad, promoviendo el desarrollo sostenible y formando de manera continua para la vida, el trabajo y el emprendimiento. De manera paralela, se resuelve que la contribución a dicha agenda desde la educación superior resulta una ruta para el desarrollo de una cultura de paz, toda vez que el diálogo entre las instituciones y los distintos actores sociales es la base de una sociedad en la que se alcance, de forma irrestricta, el respeto pleno y la promoción de todos los derechos humanos y las libertades fundamentales. En este sentido, además de educar para el logro de la paz, la universidad debe transformarse para adoptar una nueva forma de pensar que la considere como parte de una nueva cultura y forma de vida.
Esta nueva forma de pensar debe partir de algunos imperativos esenciales, entre ellos el que las universidades reconozcan y se integren a su entorno cultural y socioeconómico convirtiéndose en un punto de referencia para el cambio. Debe ser un espacio transdisciplinar que se vincule no sólo a su entorno local, sino con una perspectiva global (Crow, 2015).
Desde distintas corrientes teóricas se habla de formar al talento con habilidades integrales; esto conlleva una serie de innovaciones en la práctica docente y en la interacción de los estudiantes en el salón de clases. Ya no es suficiente sólo incorporar la tecnología, sino que ésta debe impactar directamente en la formación de los individuos. En la actualidad existen un conjunto de estrategias pedagógicas que transfieren el trabajo de determinados procesos de aprendizaje fuera del aula y utiliza el tiempo de clase, junto con la experiencia del docente, para facilitar y potenciar otros procesos de adquisición y práctica de conocimientos dentro del aula, por ejemplo, el caso del Flipped classroom y las T-Shape skills. De esta forma, la flexibilidad académica será fundamental y deberá ir más allá de un plan de estudios, incorporándose en la práctica docente (Banerjee & Ceri, 2015).
"No es posible concebir la formación de los científicos, expertos y líderes del futuro si no es a partir de la educación terciaria y de las instituciones de educación superior."
Se debe pensar más allá de los aspectos tradicionales e incorporar nuevas formas de entender el mundo, especialmente cuando estamos entrando de lleno a la hipertecnologización de múltiples procesos, entre ellos los educativos. Esto nos obliga a replantear nuestro modelo académico, ya que concluir un programa de estudios ya no puede ser más el punto final de un proceso de aprendizaje.
Es imprescindible establecer una oferta de programas para diferentes estadíos profesionales y de vida en un contexto de alta y creciente longevidad, puesto que la esperanza de vida en los últimos años ha registrado un crecimiento en casi todos los países, lo que supone una contingencia respecto a la cobertura social.
Asimismo, es fundamental centrar todos los esfuerzos y estrategias institucionales alrededor del éxito de los estudiantes desde su ingreso y hasta su inserción en el mercado laboral. Para lo anterior, es indispensable desarrollar mejores mecanismos de atracción, contratación, inducción y desarrollo profesional docente, con una visión global e innovadora de los procesos de enseñanza-aprendizaje.
Desarrollar nuevos formatos de aprendizaje implica una apertura decidida hacia la internacionalización del currículum. Si bien resulta indispensable alinear los contenidos de los programas educativos con las necesidades del mundo laboral y el desarrollo de habilidades de liderazgo, se requiere, además, fomentar una visión global con base en una oferta educativa de nivel medio superior, licenciatura y posgrado respaldada en contenidos multiculturales, pertinentes y de vanguardia. Para ello se necesita una infraestructura que facilite la integración entre la comunidad de casa y la extranjera en la vida de los centros universitarios, reconociendo al otro desde una perspectiva intercultural y de inclusión.
Es fundamental contar con espacios más allá del aula, en donde la comunidad universitaria pueda reunirse para aprender y establecer redes de colaboración que den origen a oportunidades de vida, en el marco de un diseño universal en el que no existan diferencias por condición física, de género, de culto, de procedencia geográfica ni de ideología (Fernández, 2000).
Los cambios sociales, culturales y económicos inciden de forma determinante en los planteamientos educativos y, como tales, exigen modificaciones estructurales y en las propias prácticas, de las que no pueden aislarse los propios procesos de investigación y reflexión. Uno de los principales aspectos en los que es posible identificar elementos que van a perfilar los sistemas educativos a futuro es la transformación constante del mercado laboral. A este respecto, la Organización Internacional del Trabajo (OIT), en su informe Perspectivas sociales y del empleo en el mundo – Tendencias 2020, señala que:
- La disminución del crecimiento económico y la falta de inclusión perjudican la capacidad de los países de menores ingresos para reducir la pobreza y mejorar las condiciones de trabajo.
- Una medición precisa de la subutilización de las personas en edad de trabajar revela importantes lagunas en el acceso al trabajo.
- Incluso cuando las personas tienen un empleo, siguen existiendo deficiencias significativas en la calidad del trabajo, incluyendo la estabilidad del empleo en un entorno seguro y saludable y el acceso a la protección social.
- Prevalecen desigualdades significativas en el acceso al trabajo y en la calidad del mismo. Entre ellas se encuentran las principales líneas de segmentación entre los trabajadores, según su ubicación geográfica (entre países y trabajadores de zonas urbanas y rurales), sexo y edad.
Adicionalmente, el informe señala que a nivel mundial las disparidades entre zonas rurales y urbanas podrían ampliarse por las transformaciones tecnológicas, ya que se acompañan de políticas que fomentan la innovación creando oportunidades a un nivel desproporcionadamente más alto en las zonas urbanas (OIT, 2020). En este entorno, la Red Universitaria de Jalisco se reconoce como un factor detonante del desarrollo sostenible en las regiones, propiciando un descenso en la migración y la creación de comunidades incluyentes, toda vez que las disparidades que se abordan por la OIT también presentan una brecha para la población de los 15 a los 24 años, así como una visible desigualdad de género en los mercados laborales, en términos de acceso al empleo, la calidad y retribución del mismo.
Pensar en estrategias sin pensar en talento es sesgar un binomio que solamente puede dar resultados desde su sinergia. Por tal motivo, las universidades se ven obligadas a adaptarse rápidamente a los cambios del mercado, sociopolíticos y socioeconómicos, e incorporar simultáneamente los avances de la industria, la ciencia, la tecnología y la información en su agenda a partir de nuevos enfoques y metodologías para la administración y gestión de proyectos con enfoque Agile, que ofrezcan soluciones efectivas en medio de la complejidad, operen en sincronías que favorezcan la flexibilidad en la gestión e impulsen la desburocratización radical de aquellos procesos que tienden más a servir a la propia organización que a sus usuarios (Marcet, 2018). Sus egresados se ven compelidos a insertarse en esta transformación y dejar de pensar sólo en adquirir habilidades técnicas y académicas específicas de una profesión, sino en incorporarse además a la lógica del trabajo líquido y las nuevas estrategias organizacionales.
Si bien la planificación estratégica proporcionaba cierta seguridad, ahora es preciso ejecutar y aprender de forma simultánea: tomar decisiones que no consuman más tiempo que la operatividad que induce la decisión. La agilidad se gana desde la flexibilidad para explorar nuevas sincronías, donde los equipos son la pieza clave. Ya no es suficiente pensar en resolver problemas sino en aprender a enfrentar paradojas y manejar la incertidumbre, entendida esta última no como una anomalía (Chacón M., 2014), sino como la oportunidad para desarrollar estrategias que nos permitan afrontar los retos emergentes y respaldar decisiones complejas con respecto a entornos caracterizados por la falta de certeza (Brashers, 2001).
Contexto nacional
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En el ámbito nacional es posible identificar nuevas tendencias desde la administración federal hacia la educación superior al haberse transformado la perspectiva que se le había dado a este nivel educativo. El Plan Nacional de Desarrollo (PND) 2019-2024 establece un panorama inicial de la forma en que se le va a dar impulso a la educación superior y en la que se apoyarán los temas estratégicos de la agenda nacional. El componente esencial de esta transformación se refiera al crecimiento y diversificación de las opciones educativas, por ejemplo, con la creación de las “Universidades para el Bienestar Benito Juárez García”, mismas que iniciaron actividades en marzo de 2019 en zonas de alta densidad poblacional en las que hay nula oferta de estudios universitarios, así como un alto grado de rezago social, marginación y violencia (Presidencia de la República, 2019c).
Además de la creación de estas universidades y del programa “Jóvenes escribiendo el futuro”, en el que se otorgan becas a estudiantes en situación de pobreza inscritos en un centro de educación superior, se espera que en el próximo Plan Sectorial de Educación se analicen a fondo los diversos niveles educativos y se establezca una ruta comprensible de trabajo a partir de la cual sería factible definir acciones acordes a una política nacional de educación. Debe evitarse la falta de visión que caracterizó al plan educativo federal del período 2012-2018, ya que se limitó a replicar lo que se encontraba en el plan de desarrollo nacional entonces vigente.
Por otra parte, debe señalarse la importancia de los fondos federales extraordinarios para las instituciones públicas de educación superior (IES), ya que representan un componente esencial para el desarrollo de éstas y el logro de la calidad. Se debe priorizar su continuidad y valorar en qué medida han alcanzado sus objetivos. Es importante considerar la transición hacia un modelo innovador para el financiamiento de este nivel educativo que apoye de forma directa a las universidades para que puedan atender compromisos financieros específicos, reordenar sus plantillas administrativas y fortalecer los regímenes de pensiones y jubilaciones, mismos que representan una carga significativa creciente para las finanzas de las universidades.
Las discusiones en torno al financiamiento de las IES implican analizar la autonomía universitaria, pues representa un atributo ganado por la Universidad, fundamental para la transmisión de conocimiento, para gobernarse a sí misma y para informar a la sociedad en cuanto al uso, asignación y transparencia en el manejo de recursos. La autonomía universitaria no se encuentra dada de forma definitiva, sino que tiene un carácter contingente, en constante construcción. Al ser un privilegio, al mismo tiempo obliga a los universitarios a garantizar y elevar la calidad de sus habilidades académicas (UNAM, 2019).
La autonomía universitaria permite garantizar que en México existan espacios en los que se ejerce de forma irrestricta la libertad de pensamiento, garantizando la posibilidad de externar disensos, críticas, reflexiones y el desarrollo de la creatividad y la imaginación. Sin embargo, la autonomía no debe entenderse como autarquía, ya que las IES no pueden existir de forma aislada, desvinculadas de otras entidades. Ser autónomos implica tanto un compromiso social, como la transparencia y rendición de cuentas.
Por otra parte, la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) hace evidente una situación crítica con respecto al financiamiento de las IES. Aunque éste se ha incrementado de manera real, se ve rebasado con respecto al ritmo del crecimiento de la matrícula. De igual manera, la gestión de fondos adicionales que le permitían a las instituciones alcanzar sus objetivos con respecto a cobertura, equidad, inclusión y calidad, se ha visto severamente afectada. Es deseable que las autoridades federales establezcan un sistema racional para asignar financiamiento público a las IES públicas, y un modelo que otorgue presupuestos plurianuales con el fin de facilitar la planeación.
Al no haberse publicado al cierre de este documento el Programa Sectorial de Educación (PSE) para el período 2019-2024, debe considerarse como referente el programa Nueva Escuela Mexicana (NEM) de la Dirección General de Educación Superior Universitaria. Para la NEM, la educación superior debe tener como elemento central la formación integral de las personas desde una perspectiva universal de la educación, de manera que favorezca el aprendizaje de todas las formas de producir, interpretar y transmitir el conocimiento. La NEM considera como ejes formativos esenciales la interculturalidad, la formación interdisciplinaria, la internacionalización, la educación para la vida, el desarrollo de habilidades para la inclusión digital, la territorialidad, la formación inclusiva, la equidad de género y el desarrollo de una sociedad sustentable. Al mismo tiempo, plantea cuatro ejes para lograr transformar la educación superior: financiamiento, gobernanza, co-bertura con equidad y compromiso social (Presiden-cia de la República, 2019b).
De manera paralela, debemos considerar que tanto las universidades públicas como las privadas en México enfrentan una transformación estructural provocada por las tendencias y necesidades mundiales de la educación superior y en las cuales se ha vuelto indispensable garantizar el acceso a sistemas de enseñanza abiertos, flexibles, permanentes, continuos, presenciales y a distancia (Moreno Castañeda & Pérez Alcalá, 2010). Los nuevos métodos de formación deben privilegiar la enseñanza y el aprendizaje individualizados, así como el impulso a la autoformación responsable y el desarrollo de nuevas formas de interacción entre los participantes del proceso educativo.
Actualmente la innovación tecnológica en la educación superior se encuentra estrechamente vinculada al desarrollo y uso de las tecnologías de información y comunicación en las diferentes etapas de evolución tecnológica en el país. Esta tendencia ha sido impulsada principalmente por la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), el Instituto Politécnico Nacional (IPN) y el Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Monterrey (ITESM), mediante la creación de sistemas educativos virtuales, con el propósito de atender las demandas de información y conocimiento de diversos sectores productivos de la sociedad y de los nuevos mercados laborales nacionales e internacionales.
Por otra parte, deben considerarse las aportaciones que la Asociación Nacional de Universidades e Instituciones de Educación Superior (ANUIES), de manera reciente, ha realizado con respecto al futuro de la educación superior. En octubre del 2019, y con la participación de las comisiones de Presupuesto y Cuenta Pública, de Educación, de Ciencia, Tecnología e Innovación y de Hacienda y Crédito Público de la Cámara de Diputados, así como las comisiones de Educación y de Ciencia y Tecnología de la Cámara de Senadores, la ANUIES realizó el Encuentro Nacional para el Fortalecimiento de la Educación Superior, en el que se emitió una declaración con respecto al futuro de este nivel, la participación del Estado en su financiamiento, la autonomía y la vinculación con el entorno. Estos son algunos de los puntos de acuerdo:
- La experiencia mundial demuestra que la educación superior, la ciencia, la tecnología y la innovación son factores estratégicos para el desarrollo de las naciones, la reducción de las desigualdades sociales y el bienestar de las personas.
- La educación superior constituye un bien público social, un derecho humano y universal y un deber de los Estados.
- Establecimiento de un nuevo modelo de financiamiento de la educación superior, la ciencia, las humanidades y la tecnología.
- La autonomía universitaria, en el caso de las instituciones que la ley lo dispone, así como la libertad de pensamiento, de cátedra y de investigación, constituyen condiciones y principios fundamentales e imprescindibles para el buen desarrollo de la educación superior.
- La obligatoriedad de la educación superior representa un reto, pero también una oportunidad para que el gobierno federal, los gobiernos estatales y las instituciones educativas impulsen la ampliación significativa de la cobertura con calidad, pertinencia y equidad social, territorial y de género.
- El presupuesto de egresos de la Federación y los presupuestos de egresos estatales para el ejercicio fiscal 2020 deben incluir los recursos públicos necesarios, y así se establezca el fondo federal especial al que se refiere el artículo decimoquinto transitorio del Decreto de la Reforma Constitucional publicado el 15 de mayo.
- Se deberá contar con los recursos necesarios para el fortalecimiento de las instituciones públicas de formación docente.
- Los esquemas vigentes de asignación presupuestal por parte de los diferentes órdenes de gobierno, así como su ejercicio por parte de las instituciones educativas, requieren ser modificados para dar sostenibilidad financiera a las casas de estudio.
- Fortalecer la vinculación de la educación superior con los sectores productivos para lograr mayores impactos en la pertinencia educativa, la inserción laboral, la innovación y la transformación social del entorno.
- Establecer un Acuerdo Nacional para la Transformación de la Educación Superior.
En este contexto, vale la pena señalar el reciente decreto presidencial respecto al derecho a la educación superior. Para ello, se reforman, adicionan y derogan diversas disposiciones del Artículo 3 de la Constitución, en el Diario Oficial de la Federación del pasado 15 de marzo del 2019, en el cual se establece que: “Toda persona tiene derecho a la educación. El Estado —Federación, Estados, Ciudad de México y Municipio— impartirá y garantizará la educación inicial, preescolar, primaria, secundaria, media superior y superior. La educación inicial, preescolar, primaria y secundaria, conforman la educación básica; ésta y la media superior serán obligatorias, la educación superior lo será en términos de la Fracción X del presente artículo...” (Presidencia de la República, 2019a). La fracción en comento especifica que la obligatoriedad de la educación superior corresponde al Estado, y que las autoridades federales y locales establecerán políticas para fomentar la inclusión, permanencia y continuidad. Además, ambas autoridades proporcionarán medios de acceso a este nivel educativo a toda aquella persona que cumpla con los requisitos dispuestos por las instituciones públicas.
Para atender el mandato de la reforma constitucional, se consideró diseñar estrategias para el principio de obligatoriedad y de ampliación de la cobertura. Se busca apoyar la expansión de la oferta educativa en las modalidades presencial, abierta y a distancia; mejorar las funciones académicas de docencia, investigación, extensión y difusión de la cultura; fortalecer la coordinación, planeación y gobernanza del sistema de educación superior a nivel nacional y local; mejorar la gestión institucional, la transparencia y la rendición de cuentas; vincular los proyectos educativos con las necesidades de las comunidades sociales y productivas impulsando la formación dual, el emprendimiento y el desarrollo de las habilidades transversales demandadas por el trabajo; atender los problemas financieros de las universidades; diseñar un nuevo modelo de financiamiento de carácter plurianual que dé certeza y suficiencia presupuestal, y avanzar en el establecimiento de condiciones laborales dignas para los trabajadores académicos y administrativos. Asimismo, se atiende la indicación federal de brindar educación integral con enfoque a los derechos humanos y la igualdad sustantiva, y la alineación con una serie de valores y virtudes que se espera incorporen los miembros de la comunidad universitaria para la mejora continua del proceso de enseñanza-aprendizaje y en su actividad laboral cotidiana.
Por su parte, la educación media superior (EMS) ha sido prioridad en los planes y estrategias de desarrollo educativo a nivel federal y local, atendiendo problemáticas que habían persistido en el tiempo. La política educativa se enfocó en atender situaciones locales como: falta de oportunidades de acceso, deserción escolar y baja eficiencia terminal, elementos críticos que se encuentran a nivel local pero que se agudizan en ciertas regiones del estado. La EMS es obligatoria por decreto emitido en el Diario Oficial de la Federación a partir de 2012, reconociéndose todas sus modalidades: escolarizada (presencial e intensiva), no escolarizada (virtual y certificación por evaluaciones parciales o certificación por examen) y mixta (auto planeada y mixta). La obligatoriedad del nivel representa implicaciones de distintos tipos para el sistema: una mayor asignación presupuestaria, atención a la formación y contratación del personal docente y directivo, la universalización de la educación básica, la edad de los estudiantes, atención a los costos privados de escolarización, atención a un currículum escolar común, atención a la calidad desigual de los servicios educativo y atención al impacto de oportunidades laborales y educativas futuras.
De igual manera, y en alineación con las demandas federales y del contexto global, la ANUIES trabajó en el 2016, en conjunto con otras instancias educativas y no gubernamentales, en una compilación de lineamientos y prácticas para implementar la cultura de la responsabilidad social universitaria a nivel nacional. En este trabajo se busca posicionar las atribuciones de las instituciones de educación superior para poner en práctica y difundir una serie de principios y valores que inciden en la resolución de necesidades del entorno. Este compromiso institucional, que deberán asumir todas las instituciones de educación no sólo en nivel superior sino también desde el medio superior, comprende una dimensión ética que deberá ser transmitida a los estudiantes como parte de su formación como ciudadanos responsables. Para ello, es fundamental que la responsabilidad social empiece en casa.
El papel que juegan las universidades, sean del ámbito público o privado, es estratégico, ya que deberán dirigir su visión hacia la construcción de una ciudadanía informada, responsable y participativa (Pérez Alayón et al., 2016). Desde el 2009 fue publicado el Manual de primeros pasos en responsabilidad social universitaria, cuya agenda proponía una conjunto de herramientas de autoevaluación para las universidades, que a más de diez años de su publicación siguen vigentes una serie de condiciones sociales que no han mejorado visiblemente, como son la profundización de la crisis de insostenibilidad social y ambiental, los cambios sistémicos lentos respecto a la contingencia del entorno, los sistemas educativos que requieren de cambios urgentes que puedan sobrellevar la profunda masificación estudiantil, el paradigma neoliberal de la gestión universitaria, sólo por mencionar algunos. La responsabilidad social universitaria sigue siendo un movimiento de alcances limitados, estancándose en la dimensión discursiva, sin poder concretarse en acciones específicas. Las instituciones educativas no sólo son responsables de dotar a los profesionistas de las competencias adecuadas y los conocimientos necesarios para insertarse laboralmente, sino que requieren implementar una política de mejora continua de las rutinas universitarias hacia el cumplimiento efectivo de su misión. No se puede olvidar que, en gran medida, la pertinencia social depende de la transversalización y la integralidad de la respuesta universitaria a los desafíos de justicia y sostenibilidad (Vallaeys et al., 2009). El mayor obstáculo para asegurar el desarrollo equilibrado de la sociedad es la desigualdad con todas sus implicaciones. De ahí que surja la imperiosa necesidad de diseñar acciones de carácter integral y con efectos inmediatos. Por ello, la responsabilidad social universitaria deberá tener en cuenta dos grandes retos: la dificultad para construir un concepto de ciudadanía donde todos sus miembros participen de manera colaborativa en la toma de decisiones que orienten a un desarrollo equitativo y democrático, y la urgencia de impulsar la inclusión, el respeto a los derechos humanos y la integración entre las diferentes culturas para garantizar un trato equitativo, justo y de seguridad a todos los miembros de la sociedad.
Contexto regional
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El impacto de la Red Universitaria de Jalisco puede verificarse desde múltiples ángulos, en especial lo referente a cobertura regional. Aunado a su crecimiento, la UdeG requiere repensar su quehacer institucional para seguir atendiendo de forma pertinente las demandas de las regiones e incidir en la resolución de problemas locales con impacto global. Esto implica diversificar estrategias para detectar y formar talento, fortalecer y optimizar su infraestructura física y tecnológica, definiendo una relación continua con sus egresados a través de la actualización profesional y académica. Cabe señalar que, al ser la principal institución de educación pública del Estado de Jalisco, juega un rol importante en la producción de conocimiento, ya que pertenece a uno de los ecosistemas de innovación más prometedores del país. Las características geográficas y socioeconómicas de Jalisco favorecen potencialmente al desarrollo sostenible de distritos de innovación no sólo en un aspecto industrial, sino para mejorar la calidad de vida humana y del entorno a partir de una visión social.
Ecosistema de innovación y emprendimiento
Un ecosistema de innovación es una red de organizaciones interconectadas cuyo propósito es crear y desarrollar valor a través de la innovación, mientras que un ecosistema de emprendimiento refiere a una combinación de organizaciones sociales, políticas, económicas y culturales que dan soporte al desarrollo y crecimiento de negocios o startups1. Jalisco se caracteriza por su fortaleza en rubros como: dinámicas internas del mercado, políticas de gobierno (impuestos y burocracia), financiamiento para emprendedores y el acceso a la infraestructura profesional, comercial, física y de servicios (Rodríguez-Aceves, 2016). En el 2012, el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) realizó la Encuesta Nacional de Micronegocios (ENAMIN), que refleja las razones más comunes de los jaliscienses para iniciar un negocio. Ésta señala principalmente a aquellos que tenían un trabajo antes de fundar un negocio (asalariados 54.4%) y sólo buscaban “mejorar sus ingresos”; le secundan quienes estaban desempleados o inactivos y que no encontraron ninguna otra forma de obtener ingresos. En este segundo grupo destacan las amas de casa (30%)2 y los 1 En el apartado Ecosistema de emprendimiento e innovación de Jalisco, la Dra. Lucía Rodríguez-Aceves describe el “ecosistema de innovación” como “una red de organizaciones interconectadas que son dirigidas por personas que tienen el fin de crear y desarrollar valor a través de la innovación”; y al “ecosistema de emprendimiento”, como “un conjunto de emprendedores interconectados”. Navarro et al., Guía para la innovación universitaria. Reflexiones para transformar nuestro rol como universidad, 1:53.2 Con esto puede afirmarse que, entre mayor igualdad exista entre hombres y mujeres, los beneficios para la economía y sociedad en general serán mayores, esto según el estudio del GEM donde se compararon 74 estudiantes (5.7%). Esta población requiere de una formación que les permita consolidar sus negocios, abonando así al desarrollo económico y social del entorno (Navarro et al., 2019).
Trayectorias de desarrollo económico de las regiones de Jalisco
Durante el 2017 la Universidad de Guadalajara, en conjunto con diversas instancias del gobierno estatal y de la sociedad civil, realizó una serie de recomendaciones de política pública para la implementación de agendas regionales de innovación y desarrollo tecnológico en el esta-do. Es importante destacar que Jalisco es la cuarta entidad federativa con mayor aportación al producto interno bruto (PIB) nacional, pues a través de sus 12 regiones contribuye con el 6.26% (INEGI, 2013). Sin embargo, no deben perderse de vista las trayectorias de desarrollo económico de cada una de estas regiones para identificar diferencias entre ellas o patrones comunes que permitan el diseño de estrategias para el desarrollo sostenible, no sólo de Jalisco sino de entidades federativas aledañas.
Tabla 1:
Trayectorias de Desarrollo Económico Regional
REGIÓN | VOCACIÓN | EDUCACIÓN | RETOS |
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ALTOS NORTE |
Cadena productiva de lácteos y derivados.
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La región cuenta con nueve IES con 72 programas académicos.
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ALTOS SUR |
Se destaca por las cadenas productivas de agave, avícola y lácteos.
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Resalta su baja proporción de estudiantes y egresados en ciencias agropecuarias, ingeniería y biotecnología que podrían impulsar más las actividades productivas de la región.
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CIÉNEGA | La fabricación de muebles es la principal cadena productiva que es capaz de competir no sólo en el mercado local sino internacional. |
La región cuenta con 12 IES con 76 programas académicos en seis distintas áreas del conocimiento.
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REGIÓN | VOCACIÓN | EDUCACIÓN | RETOS |
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COSTA SIERRAOCCIDENTAL | Es la región con más fuerza en el sector turístico, los servicios concentran el 59% del total de producción dela región siendo el municipio de Puerto Vallarta el más dinámico tanto en el sector hotelero como en el deservicios de salud. |
La educación superior está fuertemente ligada al vocacionamiento de la región; no se identifican índices de deserción importantes entre las 14 instituciones de educación superior. Cuenta con diversos centros de investigación en diversas áreas disciplinares |
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COSTA SUR | La región se destaca por su producción agrícola y servicios turísticos. |
Cuenta con dos IES, que ofrecen siete programas académicos. Las carreras con mayor matrícula, egreso y titulación son de las ciencias económico-administrativas. Se ha identificado un centro de innovación. |
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LAGUNAS |
El comercio es su principal actividad económica. Hay actividades emergentes como la confección de materiales de cuero, piel y materiales sucedáneos. El sector primario ha crecido, especialmente en cultivos como caña de azúcar, maíz, grano y berries (fresa y frambuesa). |
Cuenta con el Instituto Tecnológico de Cocula, por ello es la institución pública donde recae la formación de capital humano e innovación; su oferta académica integra cinco ingenierías. La región ofrece diversos servicios en cuanto a centros de investigación y laboratorios. |
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NORTE |
Sus cadenas productivas más importantes son la del cuero, del calzado y de leche y sus derivados. Sus oportunidades de desarrollo incluyen la producción de ganado bovino, sus atractivos culturales y naturales, la producción de artesanías y la disponibilidad de recursos minerales metálicos. |
Tiene tres instituciones de educación superior. Las carreras de mayor demanda son las de ciencias de la salud. Cuenta con laboratorios de agronegocios, avícola, médico quirúrgico y se está habilitando uno en ingenierías |
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REGIÓN | VOCACIÓN | EDUCACIÓN | RETOS |
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SIERRA DEAMULA | Su principal actividad es la elaboración de refrescos, hielo, otras bebidas no alcohólicas, purificación y embotellamiento de agua. |
Resalta su baja proporción de estudiantes y egresados en ciencias agropecuarias y biotecnología, que podrían representar mayor impulso más las actividades productivas de la región. Cuenta con capacidades tecnológicas en la industria agroalimentaria. |
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SUR |
Su dinamismo resulta de la producción de leche y sus derivados, así como la producción de aguacate, berries, miel y maíz de grano. Cuenta con sectores emergentes de alto potencial como el ecoturismo, la producción de granada, jitomate y muebles. |
Cuenta con 10 IES, con 63 programas académicos. Además cuenta con algunas capacidades significativas en tecnología. |
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SURESTE | Su principal actividad económica es la elaboración de refrescos, purificación y embotellado de agua, fabricación de productos de herrería y producción de muebles, así como la industria alimentaria (alimentos para animales, leche y derivados lácteos). Además ofrece diversos servicios de hospedaje. |
Existen cuatro instituciones de educación superior con 16 programas académicos en conjunto, en tres áreas de conocimiento. Cuenta con capacidades significativas en desarrollo de software, multimedia y aplicaciones en tecnología de información. |
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REGIÓN | VOCACIÓN | EDUCACIÓN | RETOS |
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VALLES | La industria de bebidas destiladas es la más importante de la región. Le sigue la manufacturera orientada a la construcción y la fabricación de muebles. Sin embargo, a los actores de la región les interesa impulsar la producción de berries, limón y, en general, diversificar los cultivos. |
Existen siete instituciones de educación superior. Cuenta con capacidades importantes en el ámbito de la innovación y la tecnología, además de los servicios que brindan nueve laboratorios. |
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CENTRO | De acuerdo con la Agenda Estatal de Innovación, la importancia de la región Centro radica en sectores tradicionales como alimentos, automotriz, biotecnología, calzado, muebles, salud y moda, tecnologías de la información y comunicación e industrias creativas. Otros giros de gran dinamismo son la elaboración de dulces y productos de confitería, elaboración de refrescos, embotellamiento de agua purificada y elaboración de cerveza. |
Existen siete instituciones de educación superior. En cuanto al ámbito agroalimentario, la región ofrece nueve programas académicos relevantes para la industria. Cuenta con seis centros de investigación y diversos laboratorios equipados con tecnologías avanzadas en el procesamiento del sector alimentario. Además, tiene diversos cuerpos de académicos e investigadores especializados en las áreas de mayor interés para el sector. |
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Sector automotriz: En el sector automotriz ha registrado crecimiento en términos de valor agregado, nivel de exportaciones y aportaciones al PIB estatal. |
En el sector automotriz, la educación superior muestra una escasez de egresados, así como falta de laboratorios y equipamiento. |
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REGIÓN | VOCACIÓN | EDUCACIÓN | RETOS |
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CENTRO |
Sector biotecnológico: La biotecnología es un sector transversal, impacta en variadas actividades económicas. En la actualidad sedes conoce el impacto de esta industria debido a la falta de datos que cuantifiquen su contribución |
El área de biotecnología es nutrida por nueve programas educativos de pregrado y posgrado, que han aumentado su matrícula y titulación |
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Sectores salud y farmacéutico: El estado se ha posicionado en el tercer nivel nacional en unidades económicas en el sector salud y asistencia social, mismas que se encuentran concentradas en el Área Metropolitana de Guadalajara. Esto presenta un alto potencial para la atracción de turismo médico debido al valor agregado que generan los hospitales generales, consultorios de medicina especializada y laboratorios médicos y de diagnóstico. |
En la región se encuentran 34 universidades y centros universitarios con programas académicos afines al sector de ciencias de la salud e industria farmacéutica, con programas educativos adecuados para el desarrollo de las actividades económicas. Sin embargo, se requiere mayor atención en educación continua y actualización profesional permanente. |
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REGIÓN | VOCACIÓN | EDUCACIÓN | RETOS |
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CENTRO |
Sectores de tecnologías de la información y comunicación e industrias creativas: La industria creativa y de tecnologías de la información y comunicación es uno de los sectores más importantes del estado. Se trata de un sector transversal, sus productos y servicios impactan en muchos sectores y actividades económicas diferentes. El surgimiento de empresas con base tecnológica es de gran diversidad, el valor agregado del sector tiende a crecer de manera exponencial. |
En la esfera de la educación es indispensable facilitar la vinculación entre la industria y la academia con un enfoque de colaboración dual para emprender proyectos de intervención tecnológica en los demás sectores, así como para el desarrollo de productos que incorporen innovaciones basadas en estas tecnologías. La región cuenta con el Centro México Innovación y Diseño como elemento de atracción de talento. |
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Sectores de moda, calzado y mueblero: En cuanto a la industria de diseño de calzado, mobiliario y menaje, la región es históricamente sobresaliente y compite a nivel nacional e internacional. La cadena productiva del mueble se encuentra bien articulada. Los eslabones de la cadena productiva con mayor crecimiento son los relacionados a la fabricación de calzado que no forman parte directa, sino que se desenvuelven en el ámbito químico, por ejemplo. |
En la región existen 11 instituciones de educación superior que ofrecen carreras relacionadas con la moda con 15 programas académicos. A su vez, existen 58 instituciones de educación superior que ofrecen 128 programas académicas de incidencia en el sector mueblero. En cuanto a ciencia y tecnología, tanto el sector mueblero como el de moda presentan bajos índices de integración, ya que las tecnologías desarrolladas no se enfocan en la cadena productiva de la industria mueblera. En el caso del calzado, existe una fuerte competencia asiática de bajo costo. La entidad cuenta con al menos tres centros de apoyo para la innovación en el ámbito de moda y calzado |
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El panorama regional nos confirma la importancia del nivel educativo para el desarrollo de la región, tanto para la creación de nuevas empresas de alto valor agregado como para la inserción laboral de los egresados en organizaciones que requieren de personal altamente calificado3. No se debe perder de vista que el futuro del empleo en Jalisco se dirige en gran medida hacia la industria de tecnologías de la información (Ortiz & Barrón, 2018); sin embargo, esto requiere mantener el posicionamiento de la entidad en operaciones financieras y de negocio (fintech), avance y desarrollo de software (algoritmos) y la arquitectura e ingeniería enfocada a cadena de valor y mejora de calidad (robots). De igual manera, existe un alto potencial en el desarrollo biotecnológico en diversas áreas disciplinares, especialmente en las ciencias de la salud y agropecuarias (CESJAL, 2017).
La oferta educativa de calidad que brinda la región es otra fuente para la atracción de talento. Formarlo y atraerlo implica una serie de esfuerzos que, en el caso de las instituciones educativas, no sólo se debe limitar al diseño de programas educativos que respondan a las necesidades de las empresas. Requiere de infraestructura física y tecnológica pertinente, programas de formación, seguimiento y financiamiento, entre otros. Atraer talento calificado al ecosistema y crear distritos de innovación consolidados conlleva a resolver primero el tema de la desigualdad laboral y la calidad de los empleos4, disminuir el alto nivel de participación de los jóvenes en el empleo informal, la falta de capital requerido para iniciar un negocio, la nula planeación, la falta de un modelo de negocios bien estructurado por parte de los emprendedores y atender la inseguridad, ya que afecta de manera relevante los márgenes de utilidad y la posibilidad de contar con mano de obra altamente calificada.
Desarrollo social y salud
La Universidad busca aprovechar las capacidades de su comunidad para contribuir en la competitividad no sólo de las empresas sino, a su vez, fortalecer el trabajo de las asociaciones civiles y no gubernamentales. La cultura universitaria es sensible al tema de la inclusión y la igualdad, por ello, la Red Universitaria tiene cobertura en municipios cuya población vive en extrema pobreza y nulo acceso a sus derechos más básicos5. La carencia educativa no sólo impide el ejercicio de derechos como la educación, sino que inhibe las oportunidad es para que se puedan integrar a la sociedad y el mercado laboral.
En lo que refiere a la educación básica, se registran fuertes diferencias de oportunidad entre la población rural y las zonas urbanas. A nivel regional, cinco de cada 10 niños que asisten a la primaria tienen problemas para comprender información de textos expositivos y literarios, resumir la información y realizar inferencias con base en ella. Respecto al nivel medio superior, hay un mejor alcance de logro educativo, ya que la mayoría de estudiantes se ubican en el tercer nivel de habilidades de lectura; sin embargo, en
habilidades matemáticas el nivel de logro es limitado: seis de cada 10 estudiantes de bachillerato se ubican en el nivel mínimo (Acosta Silva et al., 2019). Deben considerarse además otros elementos relevantes en la medición de pobreza, además del rezago educativo, como el acceso a servicios de salud, espacios dignos y ser vicios básicos de vivienda, alimentación y seguridad social.
Tabla 2:
Indicadores de carencias sociales, CONEVAL 2015-2018
Indicador | Rezago educativo | Servicios de Salud | Calidad y espacios en la vivienda | Alimentación | Seguridad Social | Servicios básicos en la vivienda |
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% población 2015 | 18.8% | 17.1% | 7.7% | 15.2% | 49.1% | 9.6% |
% población 2015 | 17.0% | 19.4% | 7.1% | 15.1% | 49.8% | 8.1% |
La evolución de la pobreza fue estudiada por el Consejo Nacional de Evaluación de Política de Desarrollo Social (CONEVAL) a través de una metodología multidisciplinar que pudiera dar cuenta del avance y retos a enfrentar en materia de la política social. Según el último informe, el número de personas en situación de pobreza en Jalisco pasó de 2.5 a 2.3 millones de personas entre 2016-2018, cuyo porcentaje fue de 37.8% a 28.4%. Esta reducción se debe a la mejora en uno de los indicadores de carencias sociales y a la disminución en el porcentaje de la población con percepciones inferiores a la línea de pobreza por ingresos. A pesar de que aumentó el número de personas con seguridad alimentaria, el porcentaje de la población en situación de pobreza extrema pasó de 1.8% a 3.0% (CONEVAL, 2019).
Existen rezagos significativos en el ámbito de salud y seguridad social. La falta de un sistema integrado de protección social universal favorece el incremento de índices de obesidad y diabetes entre la población (Acosta Silva et al., 2019). En Jalisco, la prevalencia de sobrepeso y obesidad ha mostrado una ascendencia en la mayoría de los grupos de edad en ambos sexos. De mantenerse ese comportamiento al menos cinco de las principales causas de muerte seguirán en la misma tendencia: diabetes mellitus, cáncer de mama, enfermedades isquémicas del corazón, cerebrovasculares, y asociadas a la hipertensión.
Las estadísticas de mortalidad son uno de los insumos más confiables en el diagnóstico de salud. El estudio realizado por Jalisco a Futuro 2018-2030 se menciona que la diabetes mellitus está ubicada como la primera causa de muerte en la entidad tanto para hombres como para mujeres. A ésta le siguen enfermedades isquémicas del corazón, cerebrovasculares e hipertensivas. No obstante, llama la atención el incremento de defunciones por neumonía mientras que la mortalidad asociada a VIH manifiesta importantes reducciones (Acosta Silva et al., 2019).
Posteriormente, se posiciona la morbilidad asociada a diarreas y gastroenteritis de presunto origen infeccioso, y el incremento de tumores malignos de próstata en el caso de hombres, así como de la tráquea, bronquios y pulmón, cuyo principal factor de riesgo es el fumar tabaco. Le siguen los tumores de mama en el caso de la población femenina, los cuales se han incrementado en un 20.6% entre 2009 y 2015. Por último, los accidentes de transportes, los homicidios y los suicidios, que se colocan entre las causas externas más frecuentes de lesiones como causa de muerte. Los accidentes de transporte reflejan una tendencia descendente entre 2009 y 2015, mientras que los homicidios dolosos y los suicidios representan un notable ascenso que, de seguir así para el año 2021, superarán el índice de muertes por accidente. Resulta significativo señalar que la desnutrición se ha ubicado en los últimos años como la duodécima causa de muerte en la entidad, mostrando una tendencia ascendente entre 2009-2019 (Acosta Silva et al., 2019).
El estado de Jalisco ha realizado esfuerzos significativos para posicionar el tema de emprendimiento social6. Existen muchas iniciativas que buscan incrementar el volumen de fondos dirigidos hacia startups sociales para tener un mayor impacto en los grupos sociales más desfavorecidos y atender problemas urgentes en el ámbito de la salud y medio ambiente. Esto vuelve crucial la descentralización de los programas de apoyo para promover la conformación de ecosistemas sociales más allá del AMG, ya que es en el resto de municipios donde se acentúan las problemáticas sociales (Navarro et al., 2019).
Atender las demandas del entorno exige de un nuevo modelo institucional que incluya mecanismos adecuados de coordinación intersectorial con las entidades gubernamentales, la industria y la sociedad civil organizada. Requiere trabajar en la identificación de indicadores y metas comunes, contar con un presupuesto transversal enfocado a resultados de impacto que permitan erradicar la inequidad, la pobreza, la pérdida del capital natural y las consecuencias de la crisis climática. Para lograrlo es indispensable que la cultura institucional universitaria se fundamente en la responsabilidad social y pública a través de la ciudadanía social7; ello incrementará la generación y transmisión de conocimiento en colaboración con otros agentes sociales y económicos, y facilitará el desarrollo de nuevas capacidades para descentralizar la estructura de gestión. Sólo a través de una normatividad actualizada y pertinente, un acceso universal a la infraestructura, agilidad en los procesos administrativos, un eficiente flujo y ejercicio de los recursos de origen externo, la generación de programas de incentivos y, sobre todo, una cultura e ideología institucional acorde a estos aspectos será como la institución posicionará su liderazgo al interior del ecosistema (García Sánchez et al., 2019).
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